Partiendo desde Salta, pasando por Mendoza y llegando a la Patagonia, Los Andes hizo un recorrido imaginario por tres históricas bodegas del país que trabajan día a día con el Malbec.
Como lo dicen sus propios hacedores, uno de los rasgos más distintivos del Malbec es su capacidad de poder ser un “puro reflejo” del lugar donde ha sido plantado. Como no ha sucedido en ninguna otra parte del mundo, en el país encontró su hogar y en los cuatro puntos cardinales es posible encontrar algunos viñedos de este varietal. Esto es lo que hace posible que en la extensa Argentina se puedan encontrar grandiosos ejemplos de buenos vinos del mismo varietal, pero con características completamente distintas.
Con motivo de un nuevo Día Mundial del Malbec, Los Andes propone realizar un viaje imaginario de Norte a Sur del país. Empezando en la altitud de Salta, siguiendo con la tradición de Mendoza y terminando en la frescura de Río Negro. Así, de la mano de tres establecimientos de los más antiguos del país, vamos a conocer las particularidades del varietal en cada región.
Entre concentración y elegancia
Presente desde 1831, Bodega Colomé de Salta es una de las máximas referentes en el Norte del país. Algunos de sus viñedos de Malbec fueron traídos en 1854 y muchos de ellos aún están en producción. El varietal forma parte de todas las líneas y segmentos que elabora el enólogo francés Thibaut Delmotte y su equipo.
En Colomé hay cuatro fincas a cuatro alturas bien distintas de terruños diferentes: Finca La Brava -1.750 msnm- en Cafayate, que da el Malbec de clima más cálido que tiene la bodega, un ejemplar muy frutado y de taninos muy suaves; Finca Colomé -2.300 msnm-, ubicada alrededor de la bodega, con suelos un poco más complejos y algunas notas especiadas, taninos redondos y buen cuerpo; Finca El Arenal -2.600 msnm-, ubicada en suelos completamente vírgenes hace 21 años, expresa mucho la fruta roja y aromas bien florales, buena acidez y estructura tánica; y Finca Altura Máxima -3.111 msnm-, la que fue durante algunos años la más alta del planeta, tiene suelos de características pedregosas y un clima más frío que hace que todavía estén cosechando.
“Con el tiempo, descubrimos que, mientras más altura, teníamos menos filtro de ozono en la atmósfera y más luz ultravioleta. La uva se protege de esto con una piel gruesa y oscura, lo que nos da más color y estructura. Mientras más subimos, más concentrado es. También es más la amplitud térmica, lo que nos da elegancia”, comentó Delmotte.
Antes de llegar al país, el enólogo francés trabajó muy poco con la variedad, ya que sólo algunas bodegas mantenían un puñado de hectáreas. En su breve experiencia en Burdeos lo usaban principalmente para vinos rosados. Cuando visitó Argentina quedó completamente sorprendido de que fuera el varietal más plantado. “Al principio no entendía, porque para mí no era una variedad tan cualitativa, pero me di cuenta de que era un vino distinto al que conocí en Francia”, recordó.
El Malbec se usa en todas las líneas de Colomé y en cada una se expresa de manera distinta, pero para Delmotte el que resume mejor Salta y todo su trabajo es el Colomé Estate Malbec, un vino que surge de un corte de los cuatro terruños que tiene la bodega. “Es un vino que representa cada altura y terroir que tenemos. Es el de más consistencia y más reconocimiento año a año”, dijo el enólogo francés.
La tradición de Mendoza
Con una concentración superior al 85% de la producción de Malbec del país, Mendoza es sin duda la cuna del Malbec y Luján de Cuyo, uno de los lugares más tradicionales. Allí, en el distrito de Agrelo, desde 1798, Navarro Correas se dedica a la elaboración de vinos, con una producción actual de más de un millón de litros de Malbec provenientes de viñedos propios de la zona de Agrelo y otros a los que compran distintas cantidades y calidades de uva en Cruz de Piedra, Agrelo, Perdriel, Los Árboles, La Consulta, El Peral y Gualtallary.
El varietal se destina para todos los segmentos de Navarro Correas. Según Alejandra Riofrío, enóloga jefe de Navarro Correas, en líneas generales, los vinos en las líneas reserva, gran reserva, premium y la ultra premium son muy distintivos por su color, volumen en boca, cuerpo, dulzura, equilibrio y concentración de taninos. Todas estas líneas respetan mucho las cualidades del Malbec y en ellas se puede encontrar mucha fruta como guindas, cerezas y ciruelas. Mientras, en la línea joven, intentan expresar toda la frescura del varietal.
Demostrando la versatilidad del varietal, en la bodega Navarro Correas utilizan el Malbec para la elaboración también de un espumante. “Viene de una zona fría, especialmente Tupungato, que nos ayuda a guardar la acidez natural que tienen las uvas. La cosecha se da de manera anticipada a la de un Malbec tradicional, a fines de enero o principios de febrero, de manera manual y en las primeras horas de la mañana para que la uva ingrese fresca a la bodega. Este Malbec tiene un bajo tenor azucarino y una baja graduación alcohólica y presenta notas de cereza y frutillas”, explicó la enóloga.
Sobre la tipicidad de Agrelo, Alejandra destacó que “a pesar de no ser muy extenso, es muy heterogéneo y con distintas alturas y exposiciones solares. La composición de los suelos la hacen única y hacen que en la madurez de la planta se cuiden los precursores aromáticos”. Así, “en los vinos vamos a encontrarlos muy coloreados, con matices muy atractivos a la vista, con acidez natural bastante marcada por el clima relativamente fresco. Son vinos muy aromáticos y tienen la sedosidad y la elegancia de los taninos que caracteriza a Agrelo”.
La identidad patagónica
En el Alto Valle de Río Negro, a metros del río que da el nombre a la provincia, hace 112 años que se instaló la Bodega Humberto Canale. Si bien las condiciones del Sur han hecho que históricamente las variedades predominantes sean otras, hoy la quinta generación familiar que comanda la bodega ha apostado para la paulatina ampliación de sus hectáreas de Malbec.
Guillermo Barzi Canale, director de Bodega Humberto Canale, contó que los viñedos más viejos de las 27 hectáreas son de 1969 y bajo el asesoramiento de Raúl de la Mota, comenzaron a plantar más de esta cepa mucho antes del auge del Malbec desde 1990. A eso incorporaron mucho material genético nuevo y año a año incorporan entre tres y cuatro hectáreas nuevas.
“Nosotros hacemos mucho hincapié en lo que es el Malbec patagónico, la identificación del terroir y, sobre todo, de nuestra zona que es el Alto Valle de Río Negro”, dijo Barzi Canale. Sobre los vinos que da la región, sostuvo: “Por tener un clima más frío, son vinos que no tienen tanta concentración de color como se puede ver en algunas zonas de Mendoza, pero tienen mucha complejidad y elegancia. También se presenta mucha acidez y frescura”. A diferencia de lo que sucede en lugares como Mendoza, la cercanía al río hace que el agua no sea un problema. Asimismo, se trata de una zona fría, aunque sin temperaturas extremas.
El Malbec es usado en todas las líneas de la bodega, tanto como monovarietal, como parte de los vinos de corte. “Uno de los más distinguidos Malbec de la bodega es Humberto Canale Gran Reserva, vino que siempre recibe muy buenos puntajes y críticas. También forma parte del vino de más alta gama de la bodega”, contó el director de la bodega que es una de las más importantes de la región.