De la mano de Pedernal y Calingasta, los vinos de alta gama de San Juan ganan terreno

Los valles fríos de San Juan han aportado otra cara de la vitivinicultura de esa provincia. - Gentileza
Los valles fríos de San Juan han aportado otra cara de la vitivinicultura de esa provincia. - Gentileza

La segunda provincia de mayor tamaño productivo de la vitivinicultura argentina ha logrado en los últimos años instalarse en el segmento más exclusivo, con ejemplares que sorprenden por su calidad y singularidad.

Si hace un par de décadas preguntábamos por la vitivinicultura sanjuanina, la respuesta casi automática nos remitía a los Valles de Tulum, Zonda y Ullum, al volumen, el mosto o la uva en fresco. Pero, sin perder esos atributos, desde hace algunos años, la segunda provincia productora del país -solo detrás de Mendoza y muy por encima del resto- ha ganado terreno en otro segmento: los vinos de alta gama. Sin dudas, una consecuencia del trabajo en otros dos valles, de mayor altura y más fríos, como lo son Pedernal y Calingasta.

Así, ya no es sorpresa encontrar reconocimientos en concursos internacionales o altos puntajes por parte de los críticos especializados para vinos de la zona. Es que San Juan, como el resto del país, ha emprendido desde hace algunos años un camino que lo ha llevado a este escenario. “Cada vez vamos más hacia la búsqueda del detalle, ya sea cual fuera el terruño, esto es un poco lo que ayuda a posicionar también a la provincia. Es entender qué tipo de suelo tenemos en cada valle, qué variedades se adaptan mejor, entendiendo el clima, los microclimas dentro del viñedo, todo eso es lo que ayuda a ganar prestigio para la provincia”, comentó Paula González, enóloga de Pyros Wines, del Valle de Pedernal.

“Si vos me decís, vinos de alta gama de San Juan, lo asocio a frescura, mineralidad… Expresión del terruño, eso es lo que yo encuentro. Dentro de los principales valles, uno prueba un vino y automáticamente puede remitirse a qué valle puede ser el origen. La textura de los vinos también creo que marcan el diferencial”, sostuvo la enóloga que ya lleva siete años trabajando en la provincia.

Francisco “Pancho” Bugallo, de Cara Sur, es uno de los referentes del Valle de Calingasta. Oriundo de la localidad de Barreal, luego de estudiar Ingeniería Agrónoma en Mendoza decidió volver e iniciar un proyecto de rescate de viñedos antiguos de la zona, algo que lo ha convertido también en uno de los grandes responsables de esta nueva cara de los vinos sanjuaninos.

“Creo que en el cambio que se ha dado en los últimos años mucho tienen que ver los proyectos más pequeños o proyectos locales, como el nuestro. En estos casos empezaron a animarse a hablar más de lugares a través del vino, que yo creo que es lo que está haciendo hoy Argentina”, sostuvo Bugallo y planteó que esto ayudó a que otros se animen a empezar a diferenciar todos los valles sanjuaninos, sin decir si uno es mejor que otro, sino dándole una identidad.

La bodega de Cara Sur en el Valle de Calingasta. - Gentileza
La bodega de Cara Sur en el Valle de Calingasta. - Gentileza

Pablo Gómez Sabatié, ingeniero agrónomo de Familia Millán, que cuenta con Fuego Blanco en el Valle de Pedernal, opinó: “Si hoy tengo que definir a la alta gama sanjuanina, hoy te diría que es una sorpresa. No nos deja de sorprender el potencial que tienen los vinos, que vienen siendo puntuados a la par o mejor que algunas zonas de renombre de Mendoza. En estos vinos encuentras características como la el calcáreo, la violeta, los taninos, el color, combinados con una acidez que no tienen otros lugares. Creo que lo único que falta es algo de historia para lograr mayor reconocimiento”

Y si hablamos de San Juan no podemos dejar afuera un proyecto como Fincas Las Moras, productor del Malbec varietal más consumido de Argentina. Como lo explicó su enólogo Germán Buk, a la par de los vinos tradicionales que elaboran en la bodega de las zonas más cálidas, a la par han iniciado un desarrollo de la alta gama en zonas más frías que los ha llevado a enfocarse en el Valle de Pedernal, principalmente, Zonda y Calingasta.

Mujeres en el mundo del vino.
Mujeres en el mundo del vino.

El paisaje en una copa

Con este presente tan prometedor de los vinos sanjuaninos, podríamos preguntarnos cuál fue el punto de inflexión para que hoy estemos hablando de la alta gama en esa provincia. Al respecto, Gómez Sabatié argumentó: “En base al cambio climático y a las nuevas tecnologías -como el riego por goteo, defensa antigranizo y heladas, nuevos sistemas de conducción y maquinaria- se ha ido plantando en lugares que antes parecía imposible. Esa misma tecnología permitió también que los vinos de los valles bajos hayan mejorado también”.

Para Paula González esto ha sido consecuencia de muchas cosas. “Primero, la enología se ha ido perfeccionando, porque la tecnología también acompaña. Eso nos permite mostrar mejores vinos de cada uno de los terruños”, comenzó enumerando. En segunda instancia mencionó la avidez del consumidor por probar cosas nuevas, lo que ha dado a San Juan la posibilidad de mostrar lo mejor que tiene. Y por último, sumó la tendencia de la vitivinicultura de buscar zonas más frías, tal como lo es Pedernal. “Buscan no solo Mendoza, sino también ir a regiones quizás un poco más inhóspitas y emergentes”, agregó la enóloga.

Germán Buk, a su turno, opinó: “Estos valles comenzaron a plantarse en la década del ‘90 en su mayoría. De ahí empezamos a entenderlos. En estos años hemos ido encontrado mejores condiciones y hemos ido haciendo cambios de las plantaciones, también ajustando puntos de cosecha para lograr la mejor expresión del lugar. Hemos entendido cómo hacer un uso racional de la tecnología y ajustando la crianza. Hoy estamos haciendo brillar mucho más los paisajes, que en definitiva es nuestra responsabilidad, poner el paisaje en la copa”.

Desde la perspectiva de Bugallo, el caso de Calingasta es particular. La distancia de más de 100 kilómetros que los separan de la capital sanjuanina hacen que sea un valle “aislado”, donde todos los productores viven en la zona. “La cercanía y el vínculo que tenemos con el lugar, la montaña y la gente es muy estrecho. Y en este tipo de viticultura es importante. Si querés hacer vinos que hablen del lugar lo tenés que conocer muy bien, vivirlo y sentirlo. Solo así podés lograr emocionar con los vinos”, expresó el productor.

Pancho Bugallo y Sebastián Zuccardi, su amigo y socio en Cara Sur. - Gentileza
Pancho Bugallo y Sebastián Zuccardi, su amigo y socio en Cara Sur. - Gentileza

Otra interpretación del Syrah sanjuanino y más

Si bien es cierto que la variedad más popular de San Juan ha sido siempre el Syrah, en la alta gama no solo encontramos otra cara de este varietal, sino que también los valles fríos han propiciado la exploración hacia otras variedades tintas, como el Malbec, y los Cabernets, y las blancas, con Chardonnay y Sauvignon Blanc a la cabeza. Asimismo, también se ha dado la recuperación de variedades históricas de otros tiempos, como la Criolla Chica o Pedro Giménez.

“Uno cuando piensa en San Juan piensa en Syrah. Pero en ese Syrah estamos hablando de los valles centrales, con una altura de 600 a 800 msnm, mayor exposición solar, un perfil de suelo, que no hay tantas rocas, es más material fino. Ese perfil nos da un vino con fruta más madura, notas más cocidas y quizás alcoholes un poco más altos. Pero en las zonas de altura y clima frío, los suelos son completamente distintos, hablando de rocas calcáreas, mucha mineralidad, fruta roja fresca, nada cocido. Está bueno mostrar esa versatilidad, que hay diferentes estilos de esta misma variedad”, dijo Paula González.

En tanto,para Germán Buk “no se trata de poner todas las variedades en todos los lugares”, sino que su trabajo se centra en entender cuáles se desarollan mejor. “Nuestro emblema es el Malbec y San Juan tiene condiciones muy buenas para hacerlo. Si bien la provincia está asociado con el Syrah, creo que tenemos una oportunidad muy grande con Malbec. Asimismo, tenemos cualidades a nivel climático para hacer muy buenos Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc, dos variedades muy demandadas. La ventaja de nuestros valles, como también en Mendoza, respecto a Chile es que logramos un nivel de madurez muy interesante y vinos libres de aromas verdes o pirazinas que no son tan bienvenidos”, completó.

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