Guardianes de la historia del vino: así son las cavas más antiguas de Mendoza

Algunas bodegas de Mendoza cuentan von vinos que datan de la década del '30. - Gentileza
Algunas bodegas de Mendoza cuentan von vinos que datan de la década del '30. - Gentileza

Visionarios en la guarda y crianza, algunas bodegas de la provincia llevan casi un siglo preservando añadas históricas que muestran el potencial y la evolución de la vitivinicultura local.

Hace algunas semanas, la vitivinicultura argentina vivió un suceso histórico: el Semillón 1959 de Bodega Norton recibió 100 puntos por parte del crítico James Suckling. Seguramente esto ya lo han leído o escuchado en algún lado, pero esta noticia puso sobre la mesa el trabajo que vienen haciendo desde hace años algunas bodegas del país, el de “guardianes del legado”, mostrando una cara distinta de los vinos locales con añadas históricas.

“Desde que llegué a Norton ya hace más de 20 años siempre me llamó la atención nuestra cava transformada hoy día en biblioteca. Siempre hubo importantes vinos que trascienden lo que uno hizo y hasta dos o tres generaciones. Vengo de una familia que siempre hizo vino, que estuvimos relacionados con la vitivinicultura, y en casa siempre hubo botellas antiguas guardadas en honor a un momento, una persona, un viñedo, donde siempre está lo emocional. Y en Norton también estaba eso”, comentó David Bonomi, enólogo de Norton.

El Semillón 1959 de Norton fue calificado con 100 puntos por la crítica internacional. - Gentileza
El Semillón 1959 de Norton fue calificado con 100 puntos por la crítica internacional. - Gentileza

Con una mística imponente, en la cava de la bodega lujanina es posible encontrar todavía algunos ejemplares de la década del ‘40 junto con otras 20.000 botellas de momentos históricos, como el primer Malbec exportado en 1974, la primera vez que se exportó a Asia en la década del ‘90, entre otros sucesos. Es que antes de que la familia Swarovski tomara las riendas de la compañía, bajo la dirección enológica de Francisco “Pancho” Jiménez o Jorge Riccitell ya tenían la “gimnasia” de guardar cosechas especiales para disfrutar en el futuro, una tradición que se mantiene hoy en día.

Argentina es el país más viejo del Nuevo Mundo, por esta rica historia que tenemos y la podemos contar no solamente por un edificio antiguo, sino a través de una botella de vino. Espero que las generaciones futuras puedan sentir la misma emoción que me provoca a mí abrir un vino de alguien que no tuve ni siquiera la oportunidad de conocer”, destacó Bonomi.

Michael Halstrick y David Bonomi en la cava de Norton. - Gentileza
Michael Halstrick y David Bonomi en la cava de Norton. - Gentileza

Finca Flichman

Como dijimos, son varias las bodegas que hace un tiempo decidieron ir construyendo la historia del vino en el país con pequeñas muestras guardadas en las botellas. Una de ellas es Finca Flichman, cuya cava data de los años ‘50. “El primer vino que se guardó fue un Pinot Noir de principios de esa década”, recordó Diego Levy, CEO de Finca Flichman.

Pero después de algunos años de exportación de los métodos enológicos, fue en la década del ‘70 que Isaac Flichman y Raúl de la Mota comenzaron a estibar en su cava algunos ejemplares de su vino ícono del momento: Caballero de la Cepa. “Es un vino que se mantiene muy bien. Y en los ‘90 se empezó a guardar el mejor vino de la cosecha, como con la línea Dedicado”, sostuvo Levy. Así se puede encontrar todavía el Dedicado 96, el primero en ganar un concurso en Francia.

Finca Flichman guarda vinos desde la década del '50. - Gentileza
Finca Flichman guarda vinos desde la década del '50. - Gentileza

Es que un viaje a tierras francas de Isaac Flichman le hizo darse cuenta que ese era el camino que debían seguir. “Cuando volvió le comentó a Don Raúl que allá guardaban botellas desde hace 100 años y que tenían que hacer lo mismo. Ahí es cuando transforman la enología y empiezan a pensar en vinos de guarda”, puntualizó Levy

Es nuestro tesoro”, afirmó el CEO de Finca Flichman, sobre la cava donde tienen alrededor de 9.000 botellas históricas. “Las tenemos muy bien inventariadas, todas están muy bien porque le hacemos un proceso de recorche que nos permite prolongar la guarda algunos años más”.

Dedicado 1996, uno de los vinos que marcó la historia y todavía perdura en Finca Flichman. - Gentileza
Dedicado 1996, uno de los vinos que marcó la historia y todavía perdura en Finca Flichman. - Gentileza

Bodegas López

Si de guarda de botellas con miras al futuro hablamos, una de las visionarios y pioneras en la materia fue Bodegas López. No es casual que en su cava todavía se puedan encontrar vinos de 1938, sino que, desde sus orígenes, el establecimiento maipucino pensó en hacer un producto que pueda tomarse desde el momento en el que sale al mercado, pero también tenga la capacidad de evolucionar durante décadas.

“La decisión la tomó mi abuelo, Federico López. Hoy en día es normal hablar de vinos de calidad, pero hace 80 años no se hablaba de eso, sino de cantidad. En el ‘38, cuando se hizo la primera añada de Chateau Vieux, desde ese momento ya salió con una guarda en bodega de ocho años, eso no era algo lógico”, dijo Eduardo López, CEO y cuarta generación de la bodega.

Uno de los ejemplares de 1938 que todavia se pueden encontrar en la cava. - Gentileza
Uno de los ejemplares de 1938 que todavia se pueden encontrar en la cava. - Gentileza

Así como del Chateau Vieux 1938, en la cava que tienen más de 85.000 botellas se pueden encontrar ejemplares las primeras añadas de todas sus líneas: Rincón Famoso 1965, Montchenot 1956, López 1967, y de ahí en adelante de casi todos los años. Fue justamente eso lo que les permitió hace algún tiempo convertirse en noticia por haber sido la bodega elegida por Lionel Messi cuando fue a comer a uno de los restaurantes más famosos del país. Allí tomó un Montchenot 1987, justo el año de su nacimiento, una etiqueta con más de 35 años.

Un diferencial en este caso es que Bodegas López tiene disponible comercialmente todas esas añadas. “Nuestra cava no es un museo, casi todos los días abrimos algunas botellas, vinos con de 15, 20, 30 años. Está el prejuicio de que los vinos no están aptos para tomar, pero cuando los probás te das cuenta que la calidad está intacta”, resaltó Eduardo López.

Bodegas López cuenta con más de 85.000 botellas en su cava. - Gentileza
Bodegas López cuenta con más de 85.000 botellas en su cava. - Gentileza

Cavas de Weinert

La historia en Cavas de Weinert comienza en la década del ‘70, cuando en Argentina lo que regía era el volumen, el mercado interno y un consumo per cápita que rondaba los 80 y 90 litros, y ni se hablaba de añejamiento, vinos de guarda o cosechas históricas. Si bien el edificio fue construido en 1890, había dejado de funcionar como bodega en la década del ‘50, fue el empresario transportista brasilero Bernardo Weinert quien lo compró en 1975 y dio origen a una de las cavas más icónicas de la provincia.

Aunque su primera idea era armar una exportadora de vinos, la realidad del sector lo llevó a diseñar su propio proyecto con vinos pensados para vender fuera del país. “Mi padre quería un edificio con historia y lo que lo enamoró fue la fachada y las cavas de la bodega”, recordó Iduna Weinert, propietaria de Cavas de Weinert.

El anhelo de hacer vinos al estilo francés de Weinert se cruzó con dos nombres que ya hemos mencionado en esta nota: Isaac Flichman y Raúl de la Mota. Fue el primero quien le recomendó al brasilero el enólogo que comenzó a darle vida a la idea de hacer vinos de alta calidad que compitan en el mercado de exportación.

El Malbec 1977 es una de las estrellas de Cavas de Weinert. - Gentileza
El Malbec 1977 es una de las estrellas de Cavas de Weinert. - Gentileza

“Se puso a punto el edificio, se importó maquinaria desde Francia, se compraron toneles y se consideró el tiempo como un paso muy importante en la vinificación de nuestros vinos. Siempre el pensamiento de Don Raúl, muy de la escuela tradicional europea y de Mendoza en ese tiempo, fue hacer un vino con la habilidad de trascender décadas”, mencionó Iduna.

Una de las estrellas de Cavas de Weinert es justamente el vino debut de la bodega, el Malbec 1977, del que todavía quedan unas 150 botellas. “Siempre guardamos muchos vinos, lotes de 500 a 1.000 botellas, por dos motivos: para estudiar cómo es el añejamiento y por una visión comercial que tuvieron mi padre y Don Raúl de tener cosechas históricas para mostrarlas después”, sumó la bodeguera.

Hoy en día, Weinert cuenta con entre 80.000 y 90.000 botellas de casi todas las añadas y líneas que han producido en casi 50 años. La añada más “joven” que tienen en el mercado es la 2018 y actualmente ofrecen degustaciones donde se pueden probar todas las etiquetas históricas.

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